sábado, 2 de diciembre de 2006

La Hallaca


¡Que sean sabrosas y abundantes las hallacas de estas Navidades para todos! Navidades sin hallacas son inconcebibles en Venezuela, y el venezolano que se halla en tierras lejanas sueña con sus hallacas navideñas: «Este año comeremos las hallacas en Caracas.» Al que está en peligro de muerte se le puede decir: «Usted como que no va a comer las hallacas este año». Aunque puede ser plato de cualquier época (en los Andes es frecuente los domingos), se considera ritual desde Nochebuena hasta Reyes, como digno acompañante del Nacimiento.
Las hallacas son la obra maestra de la cocina criolla, y constituyen el blasón de una cocinera o de una dueña de casa. Se llevan a la mesa en forma de paquetes cuadrilongos que rebasan el plato, envueltas en hojas de cambur soasadas (en Maracaibo se prefieren las de bijao), atadas con pabilo, cabuya (cordel fino) o fibras vegetales, y humeantes, porque se acaban de calentar en agua hirviendo. Se cortan los hilos y se apartan las hojas, operación que algunas dueñas de casa prefieren hacer en la cocina para presentarlas en la mesa desnudas, en todo su esplendor.
Aparecen así como unas empanadas rectangulares (aquí se prefiere considerarlas pasteles, y así se llaman efectivamente en nuestra región oriental), que ocupan todo el diámetro del plato, de una masa amarillenta. La cocinera prepara la masa con maíz pilado y finamente molido, manteca levemente coloreada de onoto o achiote y ligero aliño de pimentón en polvo y papelón rallado. Esa masa se cuece en agua (se sancocha), y nunca se hornea, lo cual la diferencia de la empanada. Se impregna con el sabor típico de las hojas en que ha estado envuelta, y con las que se ha hervido.
A través de la forma, penetremos rápidamente en el contenido. Consta de un guiso y un adorno. El guiso es de carne picada de res, de cochino, de pollo o de pavo (puede ser de cochino y res, con una presa de pollo). Y una serie de condimentos: cebolla, ajo, ají, salsa de tomate, encurtido, pimentón picado, perejil o yerbabuena, especias (comino, canela, nuez moscada, etc.). Hay quienes acostumbran rociarlo con vino, o hacerlo más picante, con ají bravo, o más dulce, con papelón. En los Andes se agregan garbanzos; en Lara, Yaracuy y Oriente, papas. Pero nos falta aún el adorno: rodajas de cebolla o de huevo cocido, telitas de tocino, una o dos almendras peladas, tres o cuatro alcaparras, otras tantas pasas (o una ciruela, pasa), un par de aceitunas, unas tiras de pimientos morrones, etc.
En la calidad y finura de la masa, en el arte y sazón del guisado y en la sabrosura del adorno residen las tres virtudes teologales de la hallaca. Las tres virtudes se combinan de maneras diversas en las diferentes regiones del país (en el Táchira puede hacerse la masa de mazamorra de maíz bien espesa, el guiso puede ser crudo, y de huevos de pescado en Semana Santa, y hasta de corazón de frijol o caraotas). Hasta hay hallacas de pescado o de sardinas. Y queda además, como se ve, amplio margen para la iniciativa individual.
Pero no es nuestro propósito, por ahora, deleitarnos con su rica gama de sabores, sino desenredar el ovillo, menos fascinante, sin duda, de la etimología. Hay que partir de una base: La hallaca es la variante venezolana del tamal, un tamal estilizado, refinado y perfeccionado por el gusto barroco de nuestras cocineras. Y su nombre tradicional ha sido también tamal en Venezuela, hasta que modernamente se sustituyó por el indígena de hallaca. Trataremos de demostrarlo.
Los tamales (en azteca tamal-li) eran los bollos de maíz de los indios mejicanos, y Fray Bernardino de Sahagún, al estudiar las comidas de los señores, encontraba gran variedad (algunos eran verdaderas empanadas). Así como la arepa indígena la llenamos habitualmente de mantequilla y queso, combinando lo americano con lo europeo, el conquistador español acostumbró llenar el tamal de guisos variados. Surgió entonces en Méjico una cohorte de tamales diversos, y desde Méjico, llevados por el español, se esparcieron por casi toda América, hasta el Perú, la Argentina y Chile. Cada zona de Méjico tiene su tamal propio, envuelto en hojas de plátano o de maíz (o de la mazorca), sin guiso, o con pedazos o hebras de carne, o con guisos variados, picantes (con mucho chile), o dulces, con azúcar. El tipo de guiso varía mucho, y aun la forma del conjunto. Y así los tamales de Chiapas que comía Miguel Acosta Saignes, cuadrilongos, con cubierta delgada y espléndido guiso, le recordaban sus hallacas venezolanas. Y también las que saboreaba Manuel A. Salvatierra en Veracruz, y en general en toda la costa mejicana. Los de Puerto Rico tienen igualmente condumio de gallina o de cerdo, huevo duro, almendras, aceitunas y pasas. Y lo mismo los de Guatemala, que son también rituales de la Nochebuena. Costa de Méjico, las Antillas, América Central y Venezuela constituyen una unidad cultural que se manifiesta hasta en la preferencia por cierto tipo pletórico de tamal.
¿Y cómo ese tamal pasó a llamarse hallaca? Los tamales han adoptado a veces nombres diversos en las diferentes regiones hispanoamericanas, quizá para diferenciar los tipos: en Cuba, tayuyo o bacán; en Puerto Rico, guanime, mapiro, mandullo, zorullo o zurullo y aun amarrao o civil. Nada tiene de particular que en Venezuela se llame hallaca. Pero ¿por qué se llamó así? Hemos encontrado un dato importante. Un documento del 13 de septiembre de 1608, publicado por el Archivo General de la Nación (Encomiendas, tomo V, pág. 165), trae una lista de personas que acudieron a reprimir la sublevación de Nirgua. Y en ella leemos (modernizamos la ortografía):
... Salvador Rodríguez, el cual lleva para su avío sayo de armas, espada y rodela y un arcabuz, dos libras de pólvora y cuarenta y seis balas, poco más o menos, tres rollos de cuerda, diez pares de alpargates, dos hachas de cuña, una caja de cuchillos carniceros, tres petacas de bizcocho, once quesos, dos adorotos de carne, una carga de harina de maíz, tres cargas de maíz, una almarada y agujas para alpargates, cuatro indios y una india de servicio, una piedra de moler, cinco bestias mulares, cuatro caballos, dos rolletes, tres hayacas de sal grandes, calcetas, calzones y otras menudencias de casa y de la guerra.
Julio Febres Cordero me llama la atención sobre un texto más viejo aún, que aparece en Los WeIzer en la conquista de Venezuela, de Juan Friede. En el juicio de residencia contra el gobernador Ambrosio de Alfínger, llevado a cabo en Coro por el Dr. Nicolás Navarro, en 1538, se acusó de crueldad a Luis González de Leyva, teniente general y alcalde mayor de Maracaibo: hizo atar a un palo al soldado Francisco de San Martín «y le mandó colgar del pescuezo dos hayacas de maíz... porque cogió a unos indios unos ovillos de hilo de algodón, y unas ahuyamas para comer».
Las dos hayacas de maíz, de 1538, v las tres hayacas de sal grandes, de 1608, eran evidentemente envoltorios o paquetes o bojotes de maíz o de sal. ¿De dónde venían esas hayacas? Es muy curioso señalar que el Lexicón o Vocabulario de la lengua general española del Perú, compuesto por el Maestro Fray Domingo de Santo Tomás y publicado en Valladolid en 1560, trae como voz quechua (páginas 90, 290):
Hallaca—pollo tierno de ave generalmente, antes que tenga pluma.
¿Puede ese «pollo tierno de ave» ser el origen de nuestra hayaca? No parece, de ningún modo, en vista de la trayectoria de la palabra. Más verosímil —como apunta Morínigo, en su reciente Diccionario de americanismos— es la relación con el tupiguaraní ayacá, que significa bulto, lío y últimamente cesta en el guaraní suroccidental. La acentuación aguda —dice— es reciente en los dialectos guaraníes. Ayacá con el valor de cesta lo encontramos efectivamente en varios vocabularios. Además, una serie de formas que son agudas en el sur son llanas en el norte: maracá-maraca, jacarandá-jacaranda, Guairá-Guaira, maracayá-maracaya (una especie de tigre pequeño), maracaná-maracana (un tipo grande de loro). Es indudable que una cantidad de voces y de nombres de lugar (Paragua, Paraguaná, etc.) testimonian una vieja relación entre el mundo tupí-guarani y el caribe-arahuaco, a través de la inmensa selva amazónica y de largas migraciones de pueblos. Es posible que también la hallaca ‘pollo tierno de ave’ del quechua esté relacionada con el tupí-guaraní ayacá. Pero nuestra hayaca parece prolongación de esa forma tupí-guaraní.
Tenemos que partir, pues, de la hayaca como envoltorio o bojote. No es difícil imaginarse cómo de ahí hayaca ha pasado a designar el tamal venezolano. En Puerto Rico un tipo de tamal se llama precisamente amarrao, aludiendo a las ataduras. En Nariño, Costa atlántica de Colombia, llaman envueltos a los bollos o pasteles (Thesaurus de 1972, pág. 344). La misma palabra tamal equivale en Méjico a bulto grande o mal formado, lío, atado, envoltorio, significación que se encuentra hasta en Chile. Aun hallaca conserva actualmente algo de ese valor: «¿Qué hallaca es ésa?» o «Eso es una hallaca» se dice de un paquete mal hecho, mal atado; «Esta hallaca es un bojote de hojas», decimos de algo que es más apariencia que realidad. Nos informan que en mayo de este año de 1973 apareció en un periódico de Caracas la noticia de que un recluso de la cárcel vendía marihuana «¡a cincuenta [bolívares] la hallaca!» (es decir, el bojote o paquete envuelto en papel de periódico, amarrado con pabilo). En Méjico dicen que una cosa está hecha un tamal cuando se presenta desaliñada o fofa; aquí se dirá que parece una hallaca mal envuelta (o mal embojotada).
Una vez impuesto hallaca en lugar de tamal, es natural que se haya generalizado hallaquita para el tamal más pequeño, sin guiso, que se acostumbra envolver en hojas de maíz. Sin embargo, hay también hallaquitas de chicharrón, de queso, o de jojoto, y Tulio Febres Cordero, en su Cocina criolla, ha dado una receta para hacer hallaquitas de agua, con carne de res y de cochino.
Un gran misionero italiano del siglo XVIII, el P. Gilii, sucesor de Gumilla, que vivió con los indios del Orinoco dieciocho años, publicó en Roma un admirable Saggio di Storia Americana (1780-1784), con rica información etnográfica y lingüística de Venezuela, que acaba de traducirse. El P. Gilii menciona «un panecillo oblongo de harina de maíz que se acostumbra hervir envuelto en hojas, y parecidísimo al paratí» (un panetto bislungo di farina di granturco, solito di bollirsi avvolto ín foglie e simillissimo al paratì, II, 1781, libro IV, cap. 23). Agrega que en tamanaco se llamaba camaitcá y que los españoles, muchos de los cuales lo comían, lo llamaban yayaca (en grafía italiana jajaca). Por su parte le parecía que esa yayaca, que corresponde más bien a lo que hoy llamamos hallaquita, no era mala si se comía caliente. Y el paratí indígena al que se parecía lo describe también como un panecillo oblongo de maíz hervido en agua, que se dejaba después enmohecer y fermentar para hacer con él una especie de chicha fuerte a la que agregaban miel silvestre y papas cocidas.
Después de las hayacas grandes de sal (o bojotes) del documento de 1608 y de las yayacas (o hallaquitas) del P. Gilii encontramos hayacas en la Autobiografía del general Páez. En 1831 Páez trata de ganarse a José Dionisio Cisneros, un indio que después de Carabobo se había convertido en jefe de partidas realistas, y durante once años tuvo bajo el terror los valles del Tuy y hasta las cercanías de Caracas. Y cuenta:
Con la mira de inspirarle más confianza, salí de Caracas y fui a pasar unos días a la hacienda de Súcuta, situada en uno de los territorios por él asolados. Allí procuré atraerme a los campesinos que bien sabía eran sus compinches, dándoles grandes comilonas de hayacas, que siempre terminaban con el baile llamado carrizo, a que eran aquéllos muy aficionados.
Después, hacia 1850, encontramos ya ayacas en el siempre descontento Núñez de Cáceres. En su tiempo se podía comprar en los bodegones «ayacas de tomate y carne zocata», que le parecían desagradables y plebeyas. Le gustaban, en cambio, las que se hacían con esmero y aseo en las «casas de comodidad».
A fines de 1852 llega a Cumaná el Consejero Lisboa, que se impresiona por la celebración navideña: en la Nochebuena grandes grupos de enmascarados recorren las calles cantando aguinaldos; luego entran todos en la iglesia a oír la misa; después sigue la cena, «en la que es de rigor —dice— que figure la ayaca, especie de pastel de carne con pasas, muy caliente y cubierto de pasta de maíz».
A mediados del siglo, la voz ya había escalado las alturas andinas. El 14 de diciembre de 1858 una crónica humorística de La Abeja, de Mérida, anuncia la proximidad de los bollos navideños, a los que llaman gratos hallacos: «Puesto que los bollos rígidos son tan sólo hallacas machos».
Hacia la misma época, en las Navidades de 1859, se reunía en Caracas un grupo de personas para comer en buena compañía unas suculentas hallacas de gallina. En el preludio de la sesión gastronómica, Juan Vicente González, con un encendido discurso (El Monitor Industrial, 4 de enero de 1860), exaltó las bellezas de su plato preferido, «de fragancia heliotrópica», al que consideraba ambrosía, y lanzó al ruedo una etimología, indudablemente humorística: hallar + arca. El etimologismo de los aficionados generalizó desde entonces la ll.
Contra esa ll y esa etimología reaccionó Adolfo Ernst en 1885 (La Opinión Nacional, Caracas, 31 de diciembre). Defendió la grafía ayaca, apoyado en un tupí-guaraní ayuá o ayá, revolver, mezclar, confundir, del que se había formado un sustantivo ayuacá, lo mezclado o revuelto, o ayayucá, cosa o substancia amasada. Ernst era un notable naturalista, pero sus etimologías no se pueden tomar en serio, aunque, como hemos visto, no es descartable el origen tupí-guaraní.
En ese tiempo Bolet Peraza hace también el elogio de la hallaca, en su evocación del viejo mercado de Caracas, instalado frente a la Catedral y la Casa de Gobierno. junto a las populares arepas de chicharrón «se vendían —dice— las imponderables hallacas, especie de paquetitos envueltos en la hoja del banano [Bolet Peraza eludía el nombre popular de cambur], dentro de la cual se guarda, cobijado por telliz de masa, el guiso sin par; sabrosísimo manjar que no conocieron ni cataron los dioses del Olimpo, por lo que no pudieron continuar siendo inmortales».
Cuando escribía Ernst, la hallaca no era todavía plato nacional. Hoy sí lo es, hasta el punto de que a veces se asocia con la hombría (hombre de media hayaca es en los Llanos el cobarde). En cambio, el tamal, con el nombre de tamar o tamare (como se dice cambur o cambure), ha quedado relegado al Occidente, más conservador: Zulia, Falcón, Lara, parte de los Andes. Y además se ha diferenciado: es un bollo de maíz con poca carne guisada, o una pelota de maíz hueca y rellena. Hoy parece una hallaca venida a menos.
Y ahora la menuda cuestión ortográfica. Es evidente que debe escribirse con h, pues en algunas partes del país todavía se oye esa h con aspiración (jayaca, que era seguramente la pronunciación indígena del siglo XVI). Pero ¿no es un disparate escribirlo con una ll que no existía en las lenguas indígenas dé Venezuela? En los testimonios más antiguos aparece sistemáticamente con y, y con y lo ha adoptado la Academia Española. Sin embargo, ¿no se ha impuesto Mallorca, con ll ultracorrecta, aunque viene de Maiorica, la mayor de las Baleares? El uso venezolano, en una voz indígena de Venezuela, es lo decisivo.

El Pesebre

El Pesebre
Pastores de Belén El Pesebre, Allá En El Pesebre, Los Pastores a Belén,Romance del Nacimiento, Los Tres Reyes Magos, La Virgen María Madre de Dios,Novena al Niño Jesús de Praga, A Cristo en la Cruz

El pesebre es el símbolo de Navidad que consiste deEl Niño Cristo, la Virgen María, San José, los pastores,la mula y el buey y los Reyes sabios de Oriente traían alNiño ofrendas de incienso, mirra y oro.
Cuando nació el Niño Jesús en Belén, su madre, la virgen María,lo acostó en un pesebre, porque no había ningun lugar para ellos.
"Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David,un Salvador, que es Cristo el Señor.
Y parió á su hijo primogénito, y le envolvióen pañales, y acostóle en un pesebre, porqueno había lugar para ellos en el mesón.
Y esto os será por señal: hallaréis al Niñoenvuelto en pañales, echado en un pesebre.Y vinieron apriesa, y hallaron a María,y a José, y al Niño acostado en el pesebre."Entraron y vieron al Niño Jesús acostóle en un pesebrecon su madre, la virgen María, y echandose portierra le rindieron homenaje.Despues abrieron sus arquetas y le ofrecieron como dones, oro, incienso y mirra.(Mt 2, 1-12).
Allá En El Pesebre
Allá en el pesebre, donde nace Jesús,La cuna de paja nos vierte gran luz;Estrellas lejanas del cielo al mirarSe inclinan gozosas su lumbre a prestar.
Pastores del campo, teniendo temor,Cercados de luz y de gran resplandor,Acuden a prisa buscando a Jesús,Nacido en pesebre del mundo la luz.
Extraño bullicio despierta al Señor,Mas no llora el Niño, pues es puro amor,¡Oh vélanos, Cristo Jesús, sin cesar!Y así bien felices siempre hemos de estar.
Salve, Señora, santa Reina,santa Madre de Dios, María,que eres virgen hecha iglesiay elegida por el santísimo Padre del cielo,a la cual consagró Él con su santísimoamado Hijo y el Espíritu Santo Paráclito,en la cual estuvo y está toda laplenitud de la gracia y todo bien.Salve, palacio suyo;salve, tabernáculo suyo;salve, casa suya.Salve, vestidura suya;salve, esclava suya;Salve, Madre suya y todasvosotras, santas virtudes,que sois infundidas por la gracia eiluminación del Espíritu Santo en loscorazones de los fieles, para quede infieles hagáis fieles a Dios.

La Navidad en Venezuela


LOS ADORNOS
Las casas generalmente de adornan tanto por fuera como por dentro, a mediados de noviembre. Dentro de la casa se hace el tradicional "Pesebre" que consiste en un nacimiento en miniatura y que a veces no es tan miniatura. También se adorna el "arbolito" que es un pino al que se le colocan adornos que varían de acuerdo a cada casa, algunos se adornan con lazos de colores los mas populares rojo-dorado, o de plateado; otros con bolas de colores, flores, muñequitos, ángeles, entre otros. El resto de la casa es adornada con Boticas de navidad, manteles, muñecos de nieve, San Nicolás, y luces.Por fuera se colocan luces de colores o blancas, intermitentes o fijas, con música o sin ella, eso varia de acuerdo a cada casa, algunos compran figuras (estrellas de navidad, renos, San Nicolás, pinos, ángeles, muñecos de nieve..) que vienen cubiertos de luces y se colocan en los techos o en el frente de las casas.
GAITAS
A principios de diciembre empiezan en toda Venezuela los muy conocidos "Amanecer Gaitero" que consiste en un grupo de gaitas que va de visita a cada ciudad a dar un concierto de gaitas que son muy comunes en el estado Zulia pero que en la época de navidad es muy común en todo el país. Este amanecer gaitero generalmente empieza a las 8 de la noche y termina a las 6 de la madrugada.
En esta época también las calles están llenas de bulla y niños y jóvenes están en ellas explotando pólvora que al empezar a escucharlos significa que la navidad ha empezado. Hay de todo tipo desde las "cebollitas y luces de bengala" para los niños hasta los "matasuegra" "morteros" "bin laden" entre otros para los mas grandes.
CENAS NAVIDEÑAS
También desde el 15 de diciembre empiezan las "cenas navideñas" que son los que hacen las empresas a sus empleados, o entre amigos de trabajo, consiste en ir a comer el plato típico de Venezuela para la navidad (las hallacas) y tomar ponche y torta negra.
QUEMAS DE POLVORA
Es muy común ver las llamadas "quemas de pólvora" que hacen las empresas grandes a toda la ciudad, o diferentes clubes de cada ciudad a sus socios y familia.
LA NOCHE DEL 24 O NOCHE BUENA.
La noche del 24 de diciembre consiste en una reunión familiar, por lo general los que están lejos viajan para estar al lado de sus familiares en este día, la reunión empieza alrededor de las 10 de la noche, donde van llegando los invitados, puesto que se reúnen en una sola casa. A las 12 de la medianoche, se colocan los regalos debajo del "arbolito" los niños al ver que ya llego "San Nicolás o el Niño Jesús" proceden a abrir sus regalos entusiasmados y alegres. Para los niños desde ese momento empiezan a jugar con sus nuevos juguetes hasta que se duermen, los jóvenes se van a casas de sus amigos a bailar un rato y después deben regresar. Y los adultos se quedan en la casa bailando y degustando de la cena navideña. Después se va cada quien a su casa.
El 25 de Diciembre
El 25 todo está tranquilo, casi no hay ruido ni carros en las calles, puesto que nadie trabaja y todos están cansados de la noche anterior, menos los niños que están estrenando sus regalos.
EL 28 de Diciembre "Día de los Inocentes"
EL 28 de diciembre es un día donde se juegan bromas a todos, hay que estar muy pendiente, no vaya a ser que te tomes un café con sal, o te jueguen una broma pesada.
31 de Diciembre
El 31 de diciembre hay mas preparativos, la reunión sigue siendo en una casa, pero ahora no todos llegan a las 10 de la noche sino que los esposos están en las casas de sus suegros puesto que las mujeres tienden a querer estar con sus madres y padres al momento del abrazo de feliz año.
A las 12 de la madrugada se hacen ciertas tradiciones de navidad eso depende no tanto de la casa sino de las personas, varían desde preparar unas maletas y a las 12 salen hasta la puerta de la calle y vuelven a entrar esto quiere decir que la persona quiere viajar mucho este nuevo año. O las mujeres usan ropa intima amarilla para la buena suerte. Comer las 12 uvas al momento de las campanadas, una por cada campanada, en la cuenta regresiva a la vez que van pidiendo deseos por cada uva. También es común al momento de la medianoche tener dinero en el bolsillo que quiere decir prosperidad económica en el nuevo año, entre otras.A las 12 la familia se reúne en el comedor o sala, y se dan el abrazo del "Feliz Año", es muy emotivo ese momento. Luego se hace un brindis con champagña, y a bailar. A eso de las 3 de la madrugada se sirve el plato navideño.
6 de enero "Dia de los Reyes Magos"
El 6 de enero o dia de los reyes magos no es muy popular entre nosotros, puestoq ue se a perdido ya que los abuelos aun siguen con la tradicion pero los nuevos padres ya no.
PLATO NAVIDEÑO
EL plato navideño consta de las hallacas, ensalada de pollo, pernil o pavo, y pan. Acompañado de Ponche crema, que es una rica bebida espirituosa hecha a base de flan. Dulce de lechoza o torta negra.

La Comida
Los platos típicos navideños son muy sabrosos empezando por el más tradicional de todos: La Hallaca, un manjar de laboriosa preparación y que requiere de muchos y muy variados ingredientes. También puedo nombrar el dulce de lechoza, la ensalada de gallina, el pan de jamón, el pernil o pavo.
La Juventud
Como joven venezolana voy a dar una breve descripción de lo que hacemos en Navidad:
Esta es una época muy sabrosa para todos los venezolanos, en primero y principal puedo decir que el ambiente es muy lindo y muy cálido, en las ciudades y pueblos se realizan muchas fiestas y conciertos con grupos de gaitas, que es una música muy sabrosa, donde los tambores ponen el ritmo principal.
Realizamos intercambios de regalos entre amigos y familiares, y la noche del 24 de diciembre nos reunimos con todos nuestros familiares cenamos y nos entregamos los regalos a las 12:00. Los niños esperan con mucha emoción el regalo de San Nicolás o del Niño Jesús.
En muchos sitios de Venezuela se realizan pesebres vivientes, también se presentan muchas obras de teatros referentes a la Navidad.
Todos los centros comerciales, casas, abastos, avenidas, y calles están decoradas.
Bueno esto es un poco de lo que puedo decirles de la navidad venezolana. Me hubiera gustado darles mas información pero como podrán observar es una descripción de lo que yo veo en Navidad.

El Espiritu de la Navidad


La Leyenda del Espíritu de la NavidadLa celebración de la llegada del Espíritu de la Navidad es una tradición de origen nórdico, que paulatinamente se introdujo en Venezuela. Esta festividad toma la fecha del 21 de diciembre, día en que la Tierra entra en el Solsticio de Invierno, es decir, cuando el planeta se encuentra en el punto más lejano de su órbita respecto al sol; es la ocasión propicia para que, entre las diez y unos minutos pasada la medianoche (según el año) el Espíritu de la Navidad baje a la tierra y visite a los hombres de buena voluntad.
Cuenta la leyenda que, hace uno ochenta y dos mil años, un ser de una galaxia muy lejana llegó al planeta Tierra, específicamente en la zona que actualmente se conoce como Escandinavia. Este individuo, caracterizado por una contagiosa alegría, era un viajero errante que predicaba sus conocimientos sobre la vida en otras galaxias.De contextura delgada, alto y apariencia juvenil, del cuerpo de aquel ser trascendente se desprendían destellos luminosos de color rojo y dorado. Estas emanaciones se transmutaban en oro y piedras preciosas, las cuales eran recibidas por los pobladores como obsequios de condensación de energía y no por una valía mercantil, inexistente en aquellos tiempos inmemorables. Como todas las leyendas, esta maravillosa historia esconde un trasfondo realista. El ahora conocido como el Maestro de la Natividad fue un hombre muy bondadoso, característica que le mereció la inmortalidad en una figura magnánima que, cada año, está dispuesta a dar millones de regalos.La gran sabiduría de este individuo se tradujo en la percepción generalizada de que era un anciano, el cual deambulaba por los fríos (y ahora inexpugnables) parajes en los que se recrea la leyenda. La apariencia de quien fuera el sustrato mortal para ese divino ser difiere mucho de su representación tradicional de una persona obesa con barba. La verdad olvidada: un hombre alto, rubio, con grandes ojos azules, cara ovalada y figura delgada. En la agonía de cada año, el Espíritu de la Navidad desciende de forma etérea en todos los hogares que le dan la bienvenida, recibimiento que se retribuye con abundancia, paz y amor para los próximos doce meses. Como recibir al Espíritu de la Navidad La manera más sencilla de recibir y celebrar la llegada del Espíritu de la Navidad es con sana alegría, acompañando ese sentimiento con la ignición de velas rojas, doradas y violetas, siempre en números impares. La bienvenida se representa simbólicamente con la apertura de todas las puertas y ventanas, además del uso de esencias de mandarina en el hogar.Posteriormente, se reza una oración muy personal y se procede a un acto de reflexión, pidiendo sinceramente el perdón por todas las faltas cometidas. De haberse celebrado previamente esta festividad, se recorta cada una de las peticiones de la lista del año anterior y, en la medida en que son incineradas individualmente, el momento es propicio para agradecer a Dios por los deseos cumplidos. Después del acto de purificación, se hace una nueva lista de peticiones para el período venidero, siempre usando una sola cara de una hoja papel, para así contar con el espacio suficiente al momento de recortar cada solicitud. El número de las peticiones también debe ser impar, en cada una de las siguientes categorías:Por la Humanidad Por el País Por nuestros amigos y familiaresPor nosotros mismos
Es importante destacar la presencia de las peticiones espirituales, pues tienen mayor fuerza que las materiales, las cuales llegarán por añadidura. Entre las solicitudes que se pueden hacer, unos buenos ejemplos serían: comprensión, armonía (en la pareja, relaciones comerciales o empresariales), salud, el abandono de malos hábitos o vicios, etc. La lista de peticiones es algo muy personal que se ha de guardar celosamente hasta el siguiente año, cuando se hace una evaluación de las solicitudes cumplidas. Oración de Bienvenida En tu nombre, Presencia Todopoderosa, doy la bienvenida al Santo Espíritu de la Navidad, quien baja a este planeta con la misión de dar. Te saludo, te reconozco y te bendigo; te doy las gracias por la maravillosa labor de amor, alegría y paz que realizas.Abro las puertas de mi corazón y de mi hogar a tu radiación, y te reconozco como huésped privilegiado al festejo. Demando, acepto, recibo y realizo una abundante provisión para mí, para mi familia, mis amigos y para toda la humanidad (pide salud, felicidad, prosperidad, abundancia, desarrollo espiritual y las cosas materiales que desees).Invoco la ley del perdón, la llama violeta transmutadora y la llama rosa de amor divino, para disolver con amor todo lo inarmonioso durante estas navidades en mi hogar y en el planeta. Luz a la tierra, de manera que la paz, el equilibrio, el bienestar y la alegría llene mi vida y el mundo entero.Yo soy la fe que mueve montañas. Yo soy la esperanza de dar y recibir en grande. Realizo la grandeza de la magna presencia y la prosperidad que viene a otorgar la natividad. Borro en mi mente, con luz violeta, todo concepto de limitación y escasez, y no lo acepto más. Que el fuego sagrado de la transmutación limpie y purifique la Tierra durante estas navidades, para que el Espíritu de la Navidad se encuentre bien en el tiempo que nos visita, y pueda cumplir su labor sin interferencias. Yo soy la transmutación de la llama violeta en acción, y la perfección del amado Maestro de la Natividad se manifiesta en el planeta entero por el poder del amor divino (permanece unos instantes en silencio y visualiza la tierra envuelta en una luz violeta y rosada, después de agradecer por lo que te sucede).